Hark, Sinner! For We stand to condemn Thee! [Libre/Duelo] (2024)

¡No cabe duda que la Asociación es una esclavista! Pensaba la enforcer mientras se atragantaba con un emparedado. ¡Ya ni comer lo dejan a uno!

Una montaña de músculos en el cuerpo de una mujer de dos metros salió disparada del comedor de la Torre del Reloj, su sola presencia hacía que los magus ahí presentes le abrieran paso; todos sabían que la rusa albina no era más que una persona tranquila —excepto con sus enemigos— pero que para ella el tomar sus alimentos era sagrado. El que la interrumpieran los altos mandos con la simple llamada al campo de batalla, habiendo regresado del mismo no hacía mucho, y más en medio de la comida hubiera sido una misión suicida para el mensajero —quien tiende ser el chivo expiatorio— de no ser porque ella es alguien que se rige por las jerarquías y respeta a sus superiores; está por demás decir que se trata de una profesional, por mucho que su apariencia pendenciera dijera lo contrario.

Antes de emprender su camino debía pasar por las instrucciones completas, el mensajero sólo le dijo que se dirigiera a la oficina de Enforcers así que eso hizo. Su paso era veloz y silencioso, era algo desconcertante tomando en cuenta que pesaba 82Kg; sin embargo, para quien sabe a qué clan pertenece lo sabe casi a la perfección —nungún magus que se digne de autonombrarse uno va por la vida diciendo sus secretos.

No tocó la puerta de la habitación, le dijeron que era algo de vida o muerte; al entrar, encontró un enjambre de personas caminando de un lado para otro y escuchó el repicar de las campanillas de los teléfonos arcaicos donde con voz desesperada y a gritos, trataban de evitar una catástrofe de talla mundial.

Un hombre con toda la pinta de ser un veterano de guerra tomó a Noi del brazo y la llevó hacia un rincón de la oficina donde le informó lo siguiente:

—¡Maximoff, llega tarde! —era lo que se esperaba que dijera Thomas Peterson, alguien que en realidad era por lo menos 50 años más joven que la rusa, hecho que insistía en ignorar —¡Nuestro modus vivendi está a punto de colapsar y tu te dedicas sólo a comer!

Sin mucho esfuerzo, la enforcer jaló su brazo para quitárselo de encima y con una mirada que indicaba "vuelve a ponerme un dedo encima y haré que te lo comas" le dijo:

Déjate de tonterías y dame las órdenes, si lo que dices es cierto tu eres más responsable del caos que dices se avecina —su voz era profunda y amenazante.

Tragando saliva, el hombre le informó los detalles de su misión; al parecer un demente había tenido la grandiosa idea de realizar hecho sin precedentes en medio de un aeropuerto. No se conocía la identidad del sospechoso, pero si el hecho de que era capaz de crear un Reality Marble... un hechizo que entraba en los estándares de lo inhumano hasta para los magus. Su objetivo: capturar al responsable de tal barbaridad y debía eliminarlo si no tenía otra opción.

Sin hacer revuelo, un grupo de cinco aprendices de enforcer le proporcionaron lo que necesitaría, por fortuna no se había cambiado de ropa por lo que sólo era cuestión de ponerse la máscara y tomar el demás equipo. Para que llegara lo más rápido posible emplearon el mismo helicóptero en el que había llegado; si bien la Asociación estaba en contra del uso de tecnología mundana los Maximoff eran conocidos por usar todo lo necesario para completar sus trabajos.

Al llegar al lugar de los hechos fue completamente visible el resultado de tan irresponsable acción: el otrora cielo matutino estaba oscurecido sin motivo aparente, donde estuviera el aeropuerto se alzaba una torre negra que parecía querer hacer de escalera hacia la luna que fungía como lumbrera en tan irreal tapiz. Al nivel del suelo se encontraba un jardín de rosas violeta y negro, cuyos pétalos eran incontables: se trataba de algo que no pertenecía a éste mundo.

El plan era dejarla lo más cerca posible de donde los reportes decían que había comenzado todo, lo más probable es que se tratara de la torre pero no había testigos de ello que pudieran informarlo. El cómo se contendría tal fenómeno sobrenatural no sería tarea fácil puesto que no sólo se debía acabar con el responsable sino probablemente con los pobres infelices que ahora corrían asustadas de un lado hacia el otro buscando escapar y, muchas veces, entorpeciendo la huída de los demás. Si bien era cierto que la rusa estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones no dejaba de ser incómodo el que pagaran justos por pecadores; pero trabajo es trabajo y los Maximoff no pueden permitirse errores, no en situaciones que ponen en riesgo todo aquello por lo que la Asociación ha trabajado.

La enforcer se acercó a la puerta del helicóptero, la cantidad de personas y su arreglo al azar hizo imposible un aterrizaje; ajustó sus máscara por última vez y se lanzó hacia el vacío sin paracaídas, esos son artilujios para los humanos y la rusa era algo más. Una figura enmarcarada y vestida con ropas deportivas azul oscuro cayó cual roca en el suelo, su peso hizo que parte de él se rompiera dejando así dos marcas pertenecientes a sus poderosas piernas. Con velocidad sobrehumana, corrió hacia la tenebrosa torre en busca de su nuevo objetivo.